-Un buen día para llevar minifalda, ¿no crees?-Estas palabras la detienen en su propósito, se gira para ver quien es el pervertido, ahí está él, sonriendo, con su chaqueta de cuero y el casco debajo del brazo, sus ojos azules brillan y su pelo raso moreno la impresionan, se queda sorprendida y el suelta una carcajada, ella no va a permitir que se ría en su cara.
-Un buen día para copar ¿no?-Responde irónicamente.
-¿Quién te ha dicho que vaya a copar?- responde divertido. Ella empieza a sonreír también, sabe quién es, lo conoce perfectamente, de vista, claro. Es un año mayor que ella.
-¿Quién te ha dicho a ti que esto es una minifalda?-Lo que acaba de decir no tiene sentido pero él se ríe y ella también.
-Hombre, se nota un poco porque se te está viendo el culo- Él se ríe, y ella mira para abajo, se pone roja de vergüenza pero espera que no se note demasiado. "Estúpido viento" piensa "me ha levantado la falda en el peor momento, ¡CABRÓN!" Sigue pensando, de pronto se da cuenta de la hora, las ocho y treinta y cinco, genial llega tarde. Se gira humillada y empieza a cruzar. Está empapada y roja como un tomate, además llega tarde y le va a caer una bronca tremenda.-Me gusta tu culo, tranquila-se escucha una vez más por detrás, ella se para, se gira y le dedica una sonrisa sarcástica.-Sabes que ya no te van a dejar entrar.-Vuelve a decir-No te merece la pena ir ya.
-Pues si no me merece la pena es mi problema no el tuyo.
-Venga mujer, estás empapada y ya no van a abrirte las puertas, ¿te vas a quedar al aire toda la mañana?.
-Si hace falta.- Empieza a temblar de frío, la americana del uniforme no la calienta nada.
-Toma enana-Él le deja su chaqueta y le guiña el ojo. Ella la coge y la mira
-Gracias pero me voy a clase.
-Bueno allá tu.
-Toma,- dice entregándole la chaqueta.
-No, quédatela ya me la devolverás-le dice dedicándole una sonrisa perfecta.
-Gracias.-Dice ella sonriendo. Los dos se miran y sonríen ella se le queda mirando.
-¿Pero no te tienes que ir?- dice el divertido.
-¡AH, si!-dice ella saliendo del trance le vuelve a dar las gracias y cruza la calle. Al llegar al instituto le cae un castigo, mientras él sonriendo se queda pensando en ella.
-Gracias pero me voy a clase.
-Bueno allá tu.
-Toma,- dice entregándole la chaqueta.
-No, quédatela ya me la devolverás-le dice dedicándole una sonrisa perfecta.
-Gracias.-Dice ella sonriendo. Los dos se miran y sonríen ella se le queda mirando.
-¿Pero no te tienes que ir?- dice el divertido.
-¡AH, si!-dice ella saliendo del trance le vuelve a dar las gracias y cruza la calle. Al llegar al instituto le cae un castigo, mientras él sonriendo se queda pensando en ella.